sábado, 11 de mayo de 2013

Por qué no hay comentarios.

Ayer me preguntó Eva que por qué no se podían poner comentarios en el blog, que siempre se queda con las ganas de decir algo.

Hace unos años empecé a escribir un blog. Creía que no sabía nadie que existía, y ahí me explayaba yo a mi gusto. Un día, un ciber-amigo puso un comentario. Me dio pánico escénico, empecé a escribir menos y al final, dejé de escribir y terminé eliminando todo lo que había escrito.

Soy una persona bastante insegura, aunque a la gente le cueste creerlo. Bueno, es que soy buena mentirosa, o buena actriz, que queda más fino. Siempre pienso que hago las cosas medio mal, cuando no mal del todo. Si alguien me dice que algo lo hago bien, no me lo voy a creer. Y cuanto más me lo dicen, menos me lo creo. Así soy yo. Por eso me da miedo escribir cosas que alguien vaya a leer, o cantar jota en público (jota o lo que sea, vaya). Bailar creo que me da menos vergüenza porque me disfrazo. Es como si cuando me visto de princesa árabe dejara de ser un poco yo, y me sale esa seguridad que tengo guardadita a buen recaudo.

Total, que hace poco Ariel me animó a que retomara esto de escribir. Pero que lo hiciera para mí. Yo le comenté lo mismo que he escrito arriba. Que todo va bien mientras no tengo consciencia de que me leen. Pero en el momento que alguien deja un comentario, me da igual que sea bueno o que sea malo, me rayo, me da el canguelo, y lo dejo. Entonces Ariel me dijo: Pues no des opción a que pongan comentarios.

Soluciones fáciles a problemas pequeños XD

Y si alguien tiene una necesidad imperiosa e incontrolable de comentar uno de mis interesantísimos y apasionantes entradas, pues que mande un mail ^-^