jueves, 12 de septiembre de 2013

entrevistas de trabajo

Estaba esta mañana preparándome para una entrevista de trabajo, la primera que he hecho desde noviembre, y me ha dado por pensar que el "ritual" de preparación es exactamente igual al ritual de una primera cita.

Me he visto arreglándome el pelo con cepillo y secador para sacar bien todo el brillo y quitarle ese aspecto de Rey León que me queda cuando se seca al aire. Me he maquillado sutilmente, para que se note buena cara, pero sin que se note que llevas maquillaje. Los labios naturales. Decidiendo qué ropa ponerse: que no sea demasiado atrevida, ni demasiado seria. Ropa cómoda, que no se note "disfrazada". 

Y ya ni hablo de las vueltas que le das a la cabeza: cómo será la persona que me haga la entrevista (hoy por lo menos, sabía que era mujer.), le gustaré, me gustará, me llamará, pareceré desesperada, cuándo es el momento idóneo de llamar yo sin que se me note la desesperación en la voz...

En fin. Que por lo menos la entrevista no ha ido mal. Es probable que me llamen para una segunda entrevista. Y vuelta a empezar, otra primera cita...