El 29 Alba vuelve de Egipto. Por fin! He estado tan preocupada por ella que creo que me ha quitado un par de meses de vida. Pero ya casi está, el domingo llega a Madrid, y el lunes a Zaragoza.
Hace más o menos un mes decía que cuando llegara le iba a pegar una bronca de las que hacen época por haberme hecho pasar tantos nervios y tanta preocupación. Ahora mismo solo pienso que no pienso soltarla del abrazo de oso que le voy a dar.
Ella está tristona porque vuelve. Y yo estoy tan feliz por eso mismo, que casi me siento hasta mal.
Lo que está claro es que no va a volver la misma Alba que se fue. Aunque ella esté convencida de que no ha cambiado, sí que lo habrá hecho. Todos cambiamos ante un viaje así, un viaje para alcanzar nuestro sueño. Y aunque haya habido cosas que le han enturbiado este sueño, creo que las cosas buenas compensan con creces.
Y yo tengo muchísimas ganas de que me cuente, de llorar y reír con ella, de conocer a Mery, y a otros tantos (estos más difíciles de conocer), de ayudarle a revivir este sueño una y mil veces.
