martes, 16 de julio de 2013

Por la noche me gusta quedarme a leer un rato sola. En invierno me da el sueño antes, pero en verano se me haría de día. Cuando ya se han ido a la cama mis chicos y me quedo sola, me acomodo en mi rincón y leo, me pierdo en mil mundos, me olvido de todo.

Cuando decido que es una hora razonable para irme a dormir la cabeza me va a mil. Y es entonces cuando se me ocurren mil cosas para escribir. Mil pensamientos, ideas, vivencias... Pero la pereza de encender el ordenador me puede. Y se que escribirlo en un papel no servirá de nada.

Me acuesto con la idea de recuperar todas esas ideas por la mañana cuando me levante. Pero no, no puedo. No se, no tengo tiempo, o no tengo ganas. O las dos cosas. O será que por la mañana no soy persona.

Una noche dejaré el ordenador encendido, a ver qué pasa.