martes, 23 de julio de 2013

34 primaveras

Todos los años me pasa lo mismo. Unos días antes de mi cumpleaños me pongo rara, seria e intranquila. Empiezo a pensar que nadie se acordará. Para mí los cumpleaños siempre han sido importantes. Se celebra que estás aquí, en este mundo, que existes. De más jovenzuela llegué a enfadarme porque una amiga se olvidó de felicitarme. Ahora le doy menos importancia, si alguien se olvida no dejo de hablarle, ni se la tengo jurada de por vida, ni nada. Solo que yo no me "esfuerzo" tanto en recordar el suyo. Si me acuerdo genial, y si no, pues no me doy mal. Es curioso, porque para las fechas históricas tengo una memoria malísima, soy incapaz de acordarme de cuándo empezó la guerra, o en qué año pasó nosequé. Pero los cumpleaños, una vez que la fecha entra en mi cabeza ya no tiene manera humana de salir...

Bueno, a lo que iba. Este año no iba a ser menos, y me puse también insoportable. Para colmo, no iba a tener regalo "sorpresa", porque dany me dio mi regalo anticipado.

Pero como siempre, ayer fue un día genial, a pesar de que odio los lunes con todas mis fuerzas.

Gracias por hacer de ayer un día especial.