jueves, 18 de septiembre de 2014

ZZZzzzz

Ayer por la tarde me tomé un café con leche. Se me olvidó el detalle de pedirlo descafeinado, y así como empezaba a bebérmelo, iba intuyendo lo que iba a pasar...

Me costó dormirme bastante, y cuando lo he hecho, ha sido entre sueños raros. No han llegado a ser pesadillas, pero tampoco me han dejado descansar tranquila. Y cuando más agustico estaba....

"Maaaamiiii!!!!! No quiero dormir maaaaas!!!"

Las 6:45. Esto es inhumano. 

Así que aquí estamos. Yo llevo un careto que podrían darme el papel protagonista en cualquier serie de estas de zombies que están tan de moda. Se ahorraban el maquillaje, por lo menos el de las ojeras. Hoy creo que estaré especialmente ausente, porque no me veo capaz de mantenerme concentrada en nada demasiado tiempo. Cuento ansiosa los minutos hasta la siesta. Virgencita virgencita, que me la pueda dormir hoy... aunque sólo sean 20 minuticos...


Ayer por la noche, en mitad del desvelo escribí esto. Estaba destinado a caer en el olvido, que es lo que pasa en las cosas que escribo en papel y tengo opción de repensarlas antes de no subirlas al blog. Pero mira, esta vez va a ser que no.

A veces, cuando algo se tuerce un poco te cierras. Te obcecas, te encabronas y no ves más allá. Todo es negro. No encuentras solución positiva. Entonces hay que parar, respirar, y luego mirar otra vez.

No hay que buscar señales del universo que nos digan si vamos por el camino correcto (alguien dijo hace poco que todos son los caminos correctos). No. Las señales aparecen solas, cuando no las buscas.