viernes, 29 de noviembre de 2013

Días tontos.

Tendría que estar contenta, muy contenta, porque Dany ha tenido una entrevista de trabajo que le ha ido muy bien, para una empresa importante, con buen salario, buen horario y buenas condiciones laborales en general. Y estoy contenta por eso, de verdad.

Pero no puedo evitar sentirme frustrada. Llevo un año en el paro (ya, ya, se que soy  muy cansina con esto), y aquí seguimos. Pocas ofertas, las pocas ofertas que salen son una puta mierda. Casi hay que sentirse agradecido de que lean tu currículum. Ni te plantees el que actualicen los estados de la candidatura en infojobs. Y bueno, la opción de llamar a ver cómo va también existe... pero la experiencia dice que si no lo han actualizado puede ser o bien que te hayan descartado, o que se ha cerrado el proceso sin más.

Veo a Dany motivado, buscando por aquí y por allá, metido horas y horas en infojobs y en linkedin. Y me siento culpable porque yo he perdido esa motivación. Para qué voy a mirar infojobs 3 veces al día (como las medicinas: desayuno comida y cena). Si se que voy a ver la misma mierda? trabajos a través de ETT para periodos limitados, para apagar fuegos, por cuatro perras. Exigiendo idiomas a tutiplén, exigiendo manejar perfectamente programas de gestión propios, horarios de mierda, y encima con una sonrisa.

Cada día me siento más inútil. Como si no fuera a encontrar trabajo nunca más o yo que se. Y no me digáis que no sea negativa, que ya llegará el día y blablabla. Que sí, que ya lo se, pero es más fácil de dar el consejo que de seguir.

Intento pensar en el Taller de Competencias Emocionales, pero no se, hay días en los que no es fácil.

Este año parada no lo cambio por nada, he visto crecer a Javi, y eso es importante. Pero me corrompo de no hacer nada más. No estoy hecha para ser ama de casa. Me hierve la sangre según qué comentarios oigo. Cuando le dicen a Dany que "me ayuda mucho". Nos ha jodido! Que estamos los dos en la misma situación! O cuando hablas con alguien y te hace sentir que sólo sea importante que Dany encuentre trabajo. ¿Y yo? 

Pero claro, todos tenemos días tontos. Y hoy, que debería de estar dando saltos de alegría por la suerte de Dany, me puede mi tristeza. Sólo quiero meterme a la cama y taparme con el edredón y quedarme ahí, calentita, quieta y sola. Yo conmigo misma.