jueves, 21 de noviembre de 2013

Llevo días sin escribir, pero realmente no se ni qué contar. Mi rutina es muy rutinaria. Casi demasiado. Me he dado cuenta que de lo único que hablo es de danza oriental y de mi hijo. Sí, así de monotemática estoy. Me he vuelto una madre pesada de esas que siempre me han puesto la cabeza como un bombo. Pero es que tampoco es que haga muchas cosas más.

Llevo mucho tiempo (no me atrevo a decir cuanto) diciendo que tengo que hacer ejercicio, que tengo que salir a patinar, o a andar, o a correr o a lo que sea. Y digo "mañana empiezo". Pero cuando no hace frío, llueve, y si no hay hojas en el suelo y los patines no agarran bien y me da miedo caerme, o no puedo... todo son excusa. Y lo que tengo es pereza. Si en lugar de pensar excusas saliera a la calle otro gallo cantaría. Mañana empiezo (sí, ya).

La semana que viene hará un año que soy trabajadora desempleada. Y realmente, ya no se cómo me siento. A días frustrada por no encontrar nada, a días feliz por tener tiempo para estar con mi familia. Montaña rusa emocional. Ganan casi siempre los días en los que estoy feliz, pero así como se acerca este primer aniversario me agobio más.

Se acerca la Navidad. Bueno, en algunos sitios da la sensación de que ya es navidad. Este fin de semana encienden las luces en Puerto Venecia... no es un poco pronto? Antes hasta el puente de la Constitución no se encendían las luces, ni se mandaban las felicitaciones ni empezaba "oficialmente" la Navidad. Ahora, en agosto ya se empieza a ver lotería de Navidad. Y en cuanto pasa Todos los Santos, empiezan a verse Belenes, Santas y arbolitos. Yo entiendo que los adornos de las ciudades tengan que ponerlos con tiempo. Sería complicado plagar Zaragoza de luces dos días antes de encenderlas. Pero una cosa es eso, y otra que a mitad de noviembre te entre la urgencia por comprar regalos. Porque al final es eso, crearnos la necesidad y la urgencia de comprar y comprar, y cada vez alargan más ese periodo para que tengas más tiempo para pensar y comprar y comprar.

Este año ni siquiera se si tengo ganas de Navidades.