martes, 30 de abril de 2013

Bullen las ideas en mi cabeza. Cosas que escribir, cosas que contar. Nunca me había pasado. Las dos veces que he tenido que ir al psicólogo, al darme el alta me noto cambiada. Soy más yo. Me importa menos (tirando a nada) lo que piense la gente de mí. Soy feliz. Soy así, y a quien no le guste, que no mire, que se la casque o que se tire a la vía del tren. Hasta para elegir doy!

No tengo que esforzarme para ver el lado positivo de las cosas. Lo veo y punto.Y mola. Cuesta menos esfuerzo que estar constantemente repitiéndome que tengo que estar feliz porque tengo muchos motivos.