miércoles, 5 de noviembre de 2014

¿Qué cambiarías de tu cuerpo?



Esta mañana he estado viendo este vídeo.




Y me ha venido a la cabeza este otro:



Por qué siempre somos tan duros con nosotros mismos? y no sólo las mujeres. Los hombres también. Lo que pasa es que creo que ellos tienen menos presiones. Pero también tienen complejos, también.

Pienso en que si yo tuviera que describirme para que alguien me dibujara tampoco me describiría bonita. Pero fíjate qué cosas... Desde que he visto el primer vídeo llevo dándole vueltas a la pregunta de ¿qué cambiarías de tu cuerpo? Y me he dado cuenta de que tengo la respuesta muy muy clara:

NADA. No cambiaría nada. Absolutamente nada de nada.

No soy muy alta. Pero me da igual. Me llaman "pequeña", "la peque", "pitu", y mil cosas más. Y sabes? siempre me ha dado igual. Los pies me llegan al suelo. Y no me suelo dar golpes con las puertas, ni los armarios. Es una ventaja :)

En general, me gusto. A días más y a días menos. Pero me gusto. Nunca he sentido la necesidad de cambiar nada. Nunca he pensado "ojalá fuera más alta"... o tuviera los ojos de otro color, o el pelo de otra manera.

Tengo tripa. Sí, de siempre. alguna vez sí he pensado (incluso dicho en alto!!) "si desapareciera esta panza...", pero soy realista. No va a desaparecer, forma parte de mí. Podré pesar más o menos kilos, pero por pocos que pese, siempre tendré tripica. Porque soy así. Y a quien no le guste, pues que no mire.

Y eso que aunque no quiera cambiar nada, no siempre he sido tan benevolente conmigo misma (y mi mismidad :P). Tengo mis momentos en los que me veo más fea y peor, hasta casi me odio!. Pero aun en esos momentos, nunca he pensado en cambiar nada. Nunca me he considerado un bellezón. Pero vaya, que tampoco me sentía fea feísima. Me sentía una chica normal. Como tantas otras...

Siempre me he aceptado tal cual he sido. Y creo que no me ha ido mal en la vida. 

Pero igual que yo pienso todo esto puedo entender que haya quien no esté contento con algo de su cuerpo. Conozco casos de gente que se ha operado para aumentar el pecho, y no ser lo único que salía más grande: su autoestima y su confianza también crecieron unas tallas. Y lo mismo en el caso contrario. Una buena amiga se hizo una reducción de pecho. Siempre ha sido guapa, pero desde que se operó, además de guapa está radiante y se la ve realmente feliz.

Tendríamos que aprender a querernos más. Y si hay algo que no nos gusta, hay que cambiarlo. Me da lo mismo que sea el pecho, que el color de pelo... si está en tu mano, cámbialo. Y quiérete. Porque como tú no te va a querer nadie. Nunca.