Ayer cuando Javi ya estaba acostado, estábamos Dany y yo en el sofá en un momento de relax. De repente, Dany empezó a reírse, y me dijo "me están pidiendo que escribas más en el blog".
Ojiplática me quedé... No me acostumbro a estos momentos de "fama". Yo escribo para mí. Se que hay gente fija que me lee y que comenta (unos por aquí, otros por mail. Se agradecen igual por los dos lados ^_^). Pero no miro estadísticas ni nada de eso, en mi imaginación me leen tres o cuatro personas, los de siempre, y ya está. Así vivo feliz.
Pero cuando alguien que no espero me dice que le mola lo que escribo, me dan sudores fríos. Bueno, ayer me dio risa nerviosa.
Cuando mi hermano me dijo que me leía, me dio una vergüenza terrible. Cuando un amigo que hace años que no veo me dijo que me leía, estuve unos días sin atreverme a escribir XD
Así, que Rebeca, puedes estar contenta que esta vez no he huido corriendo a esconderme, si no que vengo aquí a contarte cosas :P
Alguna vez he hablado de mi timidez. Pero para que veáis hasta qué punto puede llegar, os voy a contar una cosa que me pasó este último puente del Pilar. Me da mucha vergüenza contarlo, pero me aguanto... porque lo que me pasó me estuvo bien empleado... que tengo ya una edad como para andar con tontadas.
En fin, a lo que iba. Estuvimos en el Valle del Baztán. No se si conocéis a la escritora Dolores Redondo, y su impresionante Trilogía del Baztán. El último libro sale el 24 de este mes (ejem... sería un regalo genial, por si a alguien le apetece comprármelo jeje). Novela Negra nacional y de calidad. Está ambientada en el Baztán, por algunos de los pueblos donde solemos ir para el puente del Pilar.
En el primer libro habla de un dulce típico de la zona. Se llama Txantxigorri. Yo tenía muchísimas ganas de probarlo. En el libro sale una pastelería que se llama Malkorra , así que me empeñé en que quería ir ahí a ver si tenían (en el libro, en Malkorra compra urrakin egiña, que es chocolate con leche y avellanas tostadas enteras. De eso no compré. Al año que viene compro sin falta). Así que primero nos dimos una vuelta por todo el pueblo buscando Malkorra (con lo fácil que hubiera sido preguntar. Pero no... me dio vergüenza). Encontramos txantxigorri en una tienda, pero yo quería el de Malkorra. Al final, encontramos la tienda. Entramos Dany, Javi y yo, y había un montón de gente. Miramos por el mostrador, pero no vimos nada. Dany me dijo que preguntara.... y a mí me dio vergüenza. Así que salimos sin preguntar. Dany se sentó, dejando claro que él no iba a entrar a pedirlo por mí. Es más, se veía que estaba un poco hasta las pelotas del txantxingorri y de mis melonadas.
Esperamos un rato. Me armé de valor, y volví a entrar a la tienda. Os juro que estaba nerviosa. Me sudaban las manos, se me fue hasta el color... me acerqué al mostrador, oí como el mozo de delante pedía lo mismo que yo (así comprobé cómo se decía bien dicho XD) y se lo ponían. Cuando me tocó, sonreí, y le dije a la dependienta: "Hola, quería un txantxingorri". Ella sonrió, y me dijo: "pues el último se lo acaban de llevar". Mierda.
Salí enfadadísima conmigo misma. Me había quedado sin txantxingorri por idiota. Así que dejé en la plaza a Dany y Javi y me fui a la otra tienda donde lo habíamos visto. Aunque fuera más prefabricado, no pensaba irme de ahí sin probarlo. Casi podría!
Tengo que decir que me gustó mucho. Un poco caliente está mejor que frío. Pero al final no deja de ser torta de chicharros como la que hacían en pueblo, pero con canela.
Supongo que esto te dará una idea de hasta dónde llega mi timidez (y tontería). Por eso no te extrañe que esté una temporada escribiendo mensajes más cortos y supérfluos. Porque es más fácil "desnudarse" cuando crees que nadie te ve (o te lee, en este caso). Porque al saberme leída me dan sudores fríos ^_^
