Tengo esto muy abandonado. No se
si escribir o ponerme a limpiar telasdearaña y quitar las capitanas que campan
a sus anchas. No tengo tiempo de sentarme en el ordenador. Ni ganas. Ni mucho que contar. Así que todo se junta.
Y cuando tengo una de las tres
cosas, no puedo porque estoy en la oficina, o en la calle. Mal vamos así, eh?
Así qué escribo a salto de mata, cosas inconexas, cuando voy teniendo ratos.
Mucho es lo que quiero comentar, y no se por donde empezar…
Estamos en las puertas del
espectáculo de este año. Es el día 17 de mayo. Y como este año tengo más cosas
que hacer que los anteriores, no he tenido tiempo de ponerme nerviosa. Casi ni
de pensarlo. Es extraño. Supongo que cuando se vaya acercando todavía más el
día empezarán las mariposas en el estómago y todo eso…
Estos últimos días he estado muy
raruna. Extremadamente agobiada por todo. Casi demasiado. Con ganas de llorar,
y queriendo abarcar tantas cosas que terminaba por no hacer nada. Esto se ha traducido en una malahostia de flipar.
Dany hasta las pelotas. La mayor parte del rato que estaba con Javi lo pasaba
discutiendo… una joya. Sólo quería estar sola. Sin nadie cerca. Pero gracias a
los dioses, parece que ya pasó.
Quería hablar de lo mal vistos
que parece ser que están ahora los niños en todos los sitios. Se habla de bodas
en las que te ponen claramente “niños no”. Y eso me sorprende.
Quería hablar de baile, de mis
PRECIOSOS trajes de este año, de proyectos que fluyen en la cabeza de Alba y en
los que me veo inmersa, de las cosas de Javi, que está que te partes con él, de
que estuvimos en Valencia, de que rompí y me han arreglado mi móvil, de mil
cosas…
También quería hablar de Nepal,
del terremoto, de la desgracia que está pasando. Y en esto no es que no sepa
por dónde empezar. Es que no sé ni qué decir. Me siento triste. Siento mucha
impotencia. Quiero ayudar con algo pero todo me parece que me quedo corta.
Esto lo escribí el otro día.
Entre que lo publicaba y no leo que hay “gente” en Nepal quejándose de que les
están desalojando lento, que les estás tratando mal. ¿En serio? ¿Nos hemos
vuelto locos? ¿A qué punto de egoísmo estamos llegando, que nos importa más
salvar nuestro culo que la vida de miles de personas? ¿te quejas de que un
señor no te trate correctamente, cuando es probable que haya perdido la casa y
la vida de algún familiar? Da gracias que ese señor ha dejado sus problemas de
lado para poder atenderte a ti, para que puedas volver a tu vida, donde nada ha
cambiado. Tendrás una anécdota más que contar a tu familia y en tu casa de tu
superviaje a Nepal a encontrarte a ti mismo. Mientras, ese que tan mal te
atiende tiene que ponerte buena cara cuando lo ha perdido todo sólo para que no
te enfades y te sientas bien.
Nos estamos volviendo locos.